“La Magdalena, con una concreción que sería deseable en cualquier plenaria de la Otra o de la Intergaláctica, dice:
Tengo dos preguntas:
Primera: ¿Por qué dices que el caracol fue rápido a buscar el maíz si el caracol camina muy despacito?
Elías sonríe y responde:
Acaso camina despacio el caracol. Arresulta que en ese tiempo el tiempo iba muy despacito, entonces el caracol iba rápido en ese tiempo. Y lo que pasó es que, cuando el tiempo se cambió de tiempo, no le avisaron a tiempo al caracol. Entonces el caracol no camina despacio, lo que pasa es que tiene otro tiempo.
La Magdalena aplaude y ríe. Después añade temblorosa:
Bueno, la segunda pregunta es: dices que las estrellas que caen, bueno, que no caen, avisan a los guardianes de la tierra que ya llegó la hora, ¿la hora de qué?
Elías Contreras pone la voz grave y, señalando un largo y fugaz arañazo de luz en el cielo, dice: de despertar”.